Conforme han pasado las últimas generaciones el nivel de estudios de las personas es relativamente mayor (es evidente, al menos, en años promedio de estudio y porcentajes de alfabetización). En la actualidad la educación superior está al acceso de un porcentaje mayor de la población en general. Los estudios universitarios pueden estar jugando un papel cada vez más importante en la estratificación social, en comparación con lo que hace un par de generaciones era la educación media superior. La educación superior tiene un impacto importante a nivel personal o individual, pero es también importante a nivel de países. Así como la universidad otorga a las personas capacidades mejores durante el ciclo vital, la educación superior provee a la población de un país con capacidades mejores para un mundo globalizado y cambiante. A nivel de países la educación superior define el nivel de adaptación y competitividad de un país ante un mercado cada vez más global y competitivo. Es una estrategia unidireccional hacia las sociedades del conocimiento. Propensa y genera innovación, patentes, ideas, valores, inventos, movimientos, y un etcétera de transformaciones positivas. La universidad se extiende a la mayoría de la población y así sucede en la mayoría de países del mundo. Pero la universidad es más que una estrategia de competitividad individual o de países. La educación superior es crucial 
para lograr la adaptación necesaria de las sociedades modernas hacia la sostenibilidad ambiental. Vivimos en un mundo sobre poblado y con una dependencia aparentemente insustituible a los recursos naturales no-renovables. La globalización, así como el desarrollo económico y social futuros, presentan retos sociales y ambientales importantes. Retos que se vulven aún más complicados con la crisis económica que incia en 2008. La educación superior, y la investigación e innovación, pueden ayudar activamente a superar los retos actuales y de largo plazo. Las personas, los países, todos, la humanidad, se benefician de una Universidad responsable, creativa, y universal.
mario says:
Tienes razón en cuanto a lo que dices de que la universalización de la educación es un hecho desde hace unas décadas para acá, pero a mi parecer cabría realizar una matización crucial y es que, al menos en España, la educación que uno podía recibir tanto pre- universitaria, era de un nivel bastante más elevado y exigente que la que tenemos hoy día y que seguramente, la que tendremos de aquí a unos años, con el exterminio de materias (y de carreras también, sólo es cuestión de tiempo si la cosa no cambia) que el plan Bolonia está llevando a cabo en su particular «solución final».
Eso en cuanto al sistema educativo, y en cuanto a lo que dices de la sostenibilidad, no podría estar más de acuerdo, el problema está en que si los países en vías de desarrollo que están alcanzando o a punto de alcanzar un nivel de producción y consumo como el de los países desarrollados, en pocas décadas no habrá recursos naturales suficientes para mantener ese nivel de consumo tan salvaje que el liberalismo ha ido implantando en nuestras sociedades desde que esta ética apareciera por primera vez con la Reforma Protestante. El caso es que ya se están tomando medidas en muchos campos, aunque lo que falta es el patrocinio adecuado para ponerlas en marcha; ayer mismo en una conferencia sobre consumo y decrecimiento en la Universidad de Granada dijeron que unos científicos estadounidenses habían patentado un artefacto que producía electricidad a partir de la basura orgánica, y no sólo eso, sino que se habían puesto en contacto con varios ayuntamientos de España para llevar a cabo el proyecto a gran escala en un vertedero, pero habían sido elegantemente ignorados. Hay un documental muy esperanzador a este respecto que recomiendo a todo el mundo, 100% hecho de basura, aquí dejo el enlace: aquí.
Santiago says:
Gracias Mario por tu comentario.
Es lógico lo que dices acerca de los programas educativos, al masificarse, pueden perder calidad. Yo creo que ese es un problema que cada vez más se conoce, y que creo la tendencia es más bien tratar de elevar esa calidad. Al menos eso sería lo más sensato desde mi punto de vista. Eso sucede en el papel, luego es complicado mojerar la calidad educativa. Es dificil per se definirla, imaginate alcanzarla.