Influencia de la ausencia de corrupción, límites al poder gubernamental y la seguridad en su protección

En América, mantener el orden público es fundamental, dejando en segundo plano el respeto a los derechos humanos. En este breve trabajo se demostrará la importancia que sobre el respeto a los derechos humanos tiene la corrupción, los límites al poder gubernamental y la seguridad en los países americanos de acuerdo con los puntajes obtenidos en dichos factores dentro del Rule of Law 2021. A través de una tabla y gráficos de dispersión se podrá apreciar la falta de correlación entre la seguridad pública y el respeto a los derechos de los ciudadanos. Por el contrario, se apreciará una alta correlación de este último factor con los límites al poder. En ese orden de ideas se concluye, por una parte, que hay las restricciones impuestas al aparato estatal juegan un papel fundamental en el respeto a los derechos humanos y, por otra, que en los países americanos el garantizar estos derechos no es necesario para tener control sobre la población a través del uso de la fuerza.

Los límites al poder gubernamental son esenciales para el respeto a los derechos fundamentales, pero el respeto por estos últimos no es imperativo para mantener el orden y seguridad en las naciones americanas. En la tabla 1 se pueden ver los datos en relación con los factores de derechos fundamentales, ausencia de corrupción, límites al poder gubernamental, así como el orden y la seguridad. En cuanto al primer factor, derechos fundamentales, se puede observar que el rango de puntuación de los países se encuentra entre 31 y 82 de una escala entre 0 y 100, que dividido en tercios se encuentra entre la parte más alta del primer tercio y en la mitad del tercer tercio, con una media de 59, cercana a la parte más alta del segundo tercio, con solo 16 países con una puntuación mayor al promedio y 14 en el tercio más alto de la escala, que podemos denominar como con un alto respeto a los derechos fundamentales. Respecto del segundo factor, corrupción, el rango está entre 27 y 83, con el valor más bajo repetido en dos ocasiones (México y Bolivia) y con una media situada justo en la mitad del puntaje. Solo unos pocos países tienen puntajes altos, solo dos de Latinoamérica: Canadá, Estados Unidos de América, Uruguay y Chile, a los demás les corresponden puntajes medios-bajos, lo que pone de relieve un grado importante de corrupción en la región. El tercer factor, límites al poder gubernamental, está en un rango aún más amplio, entre 84 y 17, con países con autoridades muy arbitrarias como Venezuela y Nicaragua, con las puntuaciones más bajas de todo el índice, por debajo de Egipto, Camboya, Turquía y China. En contraste, encontramos a Canadá, Costa Rica y Uruguay, con puntuaciones tan altas como 84 y 76, comparables con naciones europeas como España, Portugal, Austria y Estonia. Esto indica un mayor control del poder ejecutivo por parte del resto de poderes y una desigualdad importante entre los países americanos. Hay una media de 54, con la mayoría de los países agrupándose en puntuaciones entre 64 y 34. El último factor, orden y seguridad, muestra una media más alta que el resto, 67, lo que en apariencia indica que los casos analizados son capaces de brindar seguridad a sus ciudadanos mediante el uso de la fuerza pública. En comparación con los límites al poder gubernamental, Venezuela tiene un puntaje de 48 y Nicaragua de 70. Del análisis de los factores en conjunto se observa que, si bien el segundo y tercer factor están altamente correlacionados con el primero, no sucede lo mismo con el último, orden y seguridad. Se observan casos como Nicaragua con un muy bajo respeto por los derechos fundamentes, muy corruptos y con autoridades sin contrapesos efectivos, con una puntuación muy alta en orden y seguridad. El aparente control de la seguridad ciudadana por parte de algunos gobiernos americanos no toma en cuenta limitaciones a la arbitrariedad de las autoridades y el respeto de los derechos fundamentales de sus habitantes.

En el gráfico se aprecian las relaciones entre los factores de derechos fundamentales y seguridad en las naciones americanas, con una correlación de 0.640. Si bien este último dato puede inducir a pensar que entre más respeto a los derechos humanos se tiene un mayor orden público, lo cierto es que ello no es necesariamente cierto. Se aprecia una concentración de naciones con puntajes entre 60 y 70 de seguridad, es decir, un puntaje medio alto, que contrasta con calificaciones de derechos fundamentales muy desiguales, entre 37 (Nicaragua) y 69 (Uruguay). Todos los países, salvo Venezuela, están por encima de 50 puntos en seguridad, pero con calificaciones muy desiguales de derechos fundamentales, lo que demuestra que cuando menos en cuanto hace al continente americano el control de los conflictos sociales y la delincuencia no se realiza con vigilancia constante de los servidores públicos a través de los cuales el Estado ejerce el monopolio de la fuerza, lo que permite violaciones a los derechos fundamentales de la ciudadanía. Por otro lado, la correlación entre límites al poder gubernamental y derechos humanos es de 0.960, muy alta, lo que indica con claridad que las acciones tendientes a mejorar el respeto a los derechos humanos deben ser complementada con marcos y mecanismos normativos que disminuyan la arbitrariedad de las autoridades estatales.

Como se precisó en el trabajo, para el mantenimiento de la seguridad pública en América no se considera indispensable el respeto a los derechos humanos. En la tabla 1 se mostraron los puntajes obtenidos por los países de ese contienen en el Rule of Law 2021, indicando promedio por cada factor y su correlación entre ellos con el de derechos fundamentales. Por otro lado, en el gráfico 1 se puede apreciar que en diversas naciones es posible obtener un puntaje alto en seguridad pública y uno bajo en respeto a derechos humanos, caso contrario con los límites al poder gubernamental, que son indispensables para obtener un puntaje alto en derechos humanos. Es preocupante que en la región se desdeñe de las políticas en materia de orden público el respeto a los derechos de la población, concediendo a las autoridades gubernamentales libertad de acción, sin límites legislativos o judiciales eficaces para garantizar que su actuar es apegado a derecho. Esto debe ser un foco de alarma para las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil organizada para exigir a sus gobiernos mejores políticas públicas, que no resuelvan conflictos con el uso desmedido de la fuerza olvidando que las autoridades deben tener límites claros en su actuar.


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